A las 8 y cuarto, nos ponemos en ruta, recogemos a nuestra guía habitual en tierras navarras Reyes, y nos dirigimos a visitar en primer lugar el castillo de Olite, pero como la guía local no nos podía acompañar en ese momento, cambiamos de ruta y nos vamos a ver el Yacimiento de Santa Criz de Eslava
El yacimiento de Santa Criz
de Eslava es, a día de hoy, la más monumental de las ciudades romanas
conservadas en Navarra y, probablemente, una de las más impactantes del Norte
peninsular. Está ubicado frente a la localidad de Eslava en la Zona
Media oriental de Navarra. Conserva los restos del que fuera el foro y la
necrópolis de la ciudad, ofrece una extraordinaria aproximación a la esfera
pública de las ciudades romanas del ámbito vascón.
Lo excavado, en esta zona,
como nos dijo la arqueóloga Txaro, que
nos detalló con gran entusiasmo, a pesar de la lluvia, todo lo relacionado con
el yacimiento constituye sólo una tercera parte del total de la plaza que, en
su momento de mayor esplendor, mostraría orgullosa su arquitectura a los
viajeros que transitaban por la citada vía.
En su interior se recogen los restos de una ciudad romana, y antes vascónica, en concreto de su foro y su necrópolis, que vivió su máximo esplendor entre los siglos I y II d.C. La monumentalidad y abundancia de los restos encontrados hacen pensar que se trataba de una gran ciudad. De estos derrumbes se han recuperado restos de tres esculturas, entre las que destaca el cuerpo de un togado en mármol, de tamaño natural, así como once capiteles de estilo corintio. Se sabe que el mármol con el que fue esculpido el togado no procedía de Hispania, sino probablemente de Italia. Concretamente de Carara.
En su interior se recogen los restos de una ciudad romana, y antes vascónica, en concreto de su foro y su necrópolis, que vivió su máximo esplendor entre los siglos I y II d.C. La monumentalidad y abundancia de los restos encontrados hacen pensar que se trataba de una gran ciudad. De estos derrumbes se han recuperado restos de tres esculturas, entre las que destaca el cuerpo de un togado en mármol, de tamaño natural, así como once capiteles de estilo corintio. Se sabe que el mármol con el que fue esculpido el togado no procedía de Hispania, sino probablemente de Italia. Concretamente de Carara.
Hay,
asimismo, una segunda estatua de mármol muy fragmentada y de un tamaño mayor al
natural, que corresponde a un emperador divinizado.
En las excavaciones
realizadas en el foro han aparecido, asimismo, numerosos elementos
arquitectónicos como fustes de columnas, pilas, sillares con diferentes
molduras y estucos, decoración pictórica en la que se aprecian fundamentalmente
geometrías y florecillas.
Fuimos al Ayuntamiento para ver el capitel
corintio, que con gran sabiduría lo expone en una pequeña sala de entrada al
mismo.
A continuación, seguimos
dirección de
LERGA., para visitar la Iglesia de San Martín
De estilo románico tardío,
de hacia 1200, y reformada durante los Siglos XVI y XVII, al que
se realizaron modificaciones
que afectaron principalmente a la torre y a la portada. Es una edificación de
nave única con cuatro tramos y cabecera semicircular (parte del templo más
antigua) El retablo mayor del
templo pertenece a la segunda mitad del siglo XVII y su forma ochavada se
adapta muy bien al medio círculo del ábside.
Simón de Iroz y Villava, fue
el maestro architecto del Retablo Mayor.
Consta de banco de
hojarasca, tres calles de dos pisos y ático. En el primer piso la calle central
actualmente se encuentra ocupada por un sagrario moderno, -el original se
encuentra en el interior de la sacristía-. Las calles laterales articuladas por
columnas estriadas vibrantes y capiteles de origen compuesto, entre hornacinas,
encuadradas por hojarasca, con las tallas de San Bartalomé a la derecha y San
Francisco Javier a la Izquierda.
En el segundo piso en la
calle central aparece San Martín,
Santo titular de la Iglesia, entre pilastras de orden dórico y con rosetas. Las
calles laterales articuladas por columnas estriadas, capiteles de orden
compuesto, con las tallas del Ángel de la Guarda y San Sebastián.
En la parte superior un
ático, finalizado con frontón semicircular rebajado, con un crucifijo en su interior y a los lados María y San Juan
pintados.
La iluminación proviene de
tres ventanas de medio punto con capiteles decorados.
La portada, de estilo
herreriano, también fue remodelada durante los siglos XVI y XVII.
En su torre tiene 3
campanas, la mayor de ellas con un peso de 16 quintales y medio, la cual se
desplomó hasta el suelo a la hora de su colocación.
Capiteles vegetales excepto
una sola figura humana. Dos gruesos toros forman la parte superior de las
ventanas... El coro sobre arcos apuntados apoyados en columnas adosadas por
medio de gruesos capiteles de decoración vegetal, o figuras humanas muy
rudimentarias. Después de escuchar con gran atención las explicaciones de
nuestra guía, retornamos a Olite y esta vez sí ya estaba la guía para
orientarnos y darnos toda serie de explicaciones sobre la historia del Castillo
Los orígenes se
remontan a una primera fortaleza que se construyó durante los siglos XIII y
XIV, sobre los restos de una antigua fortaleza romana.
El gran impulsor
del castillo de Olite fue el rey Carlos
III El Noble, quien reinó en Navarra a finales del siglo XIV y principios
del XV.
De origen francés y con un
espíritu culto, con diversas ampliaciones y modificaciones propició que
el palacio Real de Olite se convirtiera en uno de los palacios más
lujosos de Europa durante la Edad Media.
El Palacio Nuevo, que
es el que ahora conoces como castillo de Olite, se construyó en estilo
gótico francés, pero tras la desaparición del Reino de Navarra en
1512 tras su unión con Castilla, el palacio perdió protagonismo, y poco a
poco se fue deteriorando.
Aunque casi todos lo llaman
"castillo", lo correcto es referirse a él como "palacio",
ya que se trata de una construcción con carácter cortesano, donde los aspectos
residenciales prevalecieron sobre los militares.
El incendio ordenado por el
guerrillero Espoz y Mina durante la Guerra de la Independencia Española (1813),
ante el temor de que en él se fortificaran las tropas francesas de Napoleón, provocó
que solo quedaran en pie restos de la estructura de la fortaleza,
A la hora de llevar a cabo
la reconstrucción, no se tenía conocimiento de cómo había sido
arquitectónicamente el palacio Real de Olite, el cual llevaba más de
120 años destruido, por lo que los arquitectos se tomaron ciertas libertades al
construir el edificio.
Para la terminación de las
torres se basaron en los castillos franceses, lo que le confieren el estilo tan
peculiar
Todavía ésta no ha concluido
ya que esta compleja labor trata de recuperar la estructura original del
palacio, distinguiendo entre lo que se corresponde con el edificio original, y
lo que se debe a su restauración. Sin embargo, la riquísima decoración interior
que revestía sus muros se ha perdido para siempre, al igual que
los jardines exteriores que lo rodeaban.
Ha sido una lástima el mal
tiempo, pues no cesaba de llover, por lo cual prescindimos de subir a las
torres colmenas, para poder ver el paisaje. Como ya era la hora,vamos a comer y
después al autobús hacia Ujué
Perdido en lo alto de una
meseta, sin ríos que le refresquen ni árboles que le cobijen, embriagado por
una aparente soledad se alza Ujué, un bello pueblo medieval de estrechas
calles que recorren pronunciadas cuestas para concluir, en lo alto, ante
el Santuario-Fortaleza de Santa María.
IGLESIA-FORTALEZA DE SANTA MARÍA DE UJUÉ
IGLESIA-FORTALEZA DE SANTA MARÍA DE UJUÉ
El Santuario, monumento
nacional, es una de las manifestaciones más importantes de la arquitectura
medieval. Se edificó sobre una iglesia románica del siglo XI, habiéndose
encontrado testimonio escrito del siglo X, sobre la existencia previa de un
templo prerrománico en el mismo lugar. Fue Sancho Ramírez (1076- 1094), quien
ordenó su construcción y dotó a la Villa de Fueros propios. Carlos II el Malo,
ordenó el derribo de parte de las naves para construir una amplia nave central
gótica. El templo posee una de las portadas góticas más ricamente decoradas de
Navarra. Se aprecian relieves alusivos a la vendimia, animales, escenas de la
vida de Jesús, una curiosa Ultima Cena con un gallo y en lo alto una estrella
con los tres magos sonrientes y un cuarto personaje vestido de clérigo que es
el rey Carlos II.
En el interior, un enrejado
gótico separa la cabecera románica de la nave central, de estilo gótico.
En el ábside central, se conserva la imagen de Santa María de Ujué, un bello ejemplo de la imaginería del románico, datada en el año 1190 y que en el siglo XIV, Carlos II ordenó forrar de plata. A su lado reposa el corazón de este monarca navarro por orden expresa que dejó escrita en su último testamento.
En tu recorrido, déjate llevar por el laberíntico trazado de este pequeño pueblo de tan sólo 300 habitantes; recorre despacio sus calles empedradas, sus tiendas de venta de almendras garrapiñadas y otros dulces típicos del lugar.
En el ábside central, se conserva la imagen de Santa María de Ujué, un bello ejemplo de la imaginería del románico, datada en el año 1190 y que en el siglo XIV, Carlos II ordenó forrar de plata. A su lado reposa el corazón de este monarca navarro por orden expresa que dejó escrita en su último testamento.
En tu recorrido, déjate llevar por el laberíntico trazado de este pequeño pueblo de tan sólo 300 habitantes; recorre despacio sus calles empedradas, sus tiendas de venta de almendras garrapiñadas y otros dulces típicos del lugar.
Una vez finalizada la visita
a este bello pueblo y su Iglesia, nos ponemos ya de regreso a Logroño, habiendo
disfrutado de tan bonita excursión a pesar del mal tiempo,