lunes, 31 de julio de 2017

Londres y Sur de Inglaterra


CUADERNO VIAJE Nº 26 Londres y Sur de Inglaterra 2017
Por J M Campo
Trafalgar Square, en el centro de Londres, une zonas comerciales con barrios históricos. Preside esta plaza la Columna de Nelson, casi 50 metros, erigida en 1843 en honor al almirante fallecido al mando de la armada británica en la Batalla de Trafalgar (1805), derrotando a franceses y españoles; los cuatro leones de bronce se fundieron con cañones franceses. La estatua de Jorge Washington, regalo de Virginia, se apoya sobre suelo traído de Estados Unidos, pues juró no volver a pisar tierra británica. Como telón de fondo de Trafalgar Square se encuentra la National Gallery, con tres cuerpos de columnas clásicas, frontón y el remate de una cúpula. Ascendemos la escalinata y penetramos en la Galería de Pintura más importante del Reino Unido: El Bosco, Van Eyck, Gerard David, Lucas Cranach, Hans Holbein, Brueghel el Viejo, Leonardo, Rafael, Van Dick, Jordaens, Caravaggio, Turner, Gainsborough,  Matisse, Cézanne, Gustav Klimt, Renoir, Monet, Degas, Seurat, Pisarro, Rembrand, Rubens, Tiziano, El Greco, Tintoreto, Murillo, Zurbarán y Velázquez, de quien comentaré La Venus del Espejo, de Diego Velázquez de Silva.





La Venus del Espejo (1648-1650) brilla con luz propia entre otros siete cuadros del pintor sevillano en la sala que comparte con Murillo y Zurbarán. Sorprende a Venus tendida sobre la cama, la belleza desnuda es palpable, a la vista está ofreciéndonos su desnudez de espaldas, mirándose en el espejo; luciendo una pose erótica entre telas blancas, telas azules y cortinas rojas. Velázquez, que pinta un cuadro dentro del cuadro en la escena de Marta y María (un truco velazqueño aprendido de su suegro Pacheco), en La Venus del Espejo realiza un juego travieso mostrándonos a Venus de espaldas, aunque mirando al espectador a través del espejo, elemento clave de la composición, que sostiene su hijo Cupido, sin arco ni flechas, pero sosteniendo entre sus manitas y sobre el marco una sugerente cinta de seda. Si se inspiró en Rubens o Tiziano, mejoró la composición y humanizó el momento mitológico. El sevillano emplea la pincelada suelta, creando la sensación ideal de que el aire velazqueño circula entre las figuras del cuadro. La Mitología es una excusa para representar una escena sexual donde las sábanas potencian las curvas de una Venus de espaldas, motivo erótico en época clásica. La diosa sin sus atributos mitológicos (joyas, rosas, mirto). A la diosa de la belleza no se le distingue bien la belleza de su cara. La travesura del pintor continúa pues la inclinación del espejo le obligaría a reflejar el sexo de la diosa, pero Velázquez nos regala su rostro, aunque la cabellera, que siempre fue rubia, se torna morena. Otra vez convierte la Mitología en momento cotidiano. Pudo pintar este cuadro para el Marqués de Eliche, sobrino del Conde-duque de Olivares, gran mecenas de Velázquez, enamorado de la obra del pintor de Felipe IV y de las mujeres, por lo que no descartan algunos historiadores que la modelo pudiera ser una amante del marqués. En 1914 el cuadro fue acuchillado siete veces por una sufragista (movimiento reformista que defendía el derecho de las mujeres a votar) y posteriormente restaurado. Sirvan estos versos de Rafael Alberti para concluir mi comentario a La Venus del Espejo:
La gloria del pincel es modelarte,
vestirte, y al vestirte desnudarte.
A ti, Venus en flor de la Pintura.

MARTES 13 DE JUNIO DE 2017
En la festividad de San Antonio de Padua, a las 8:30 horas el dorado autobús de Gurrea arranca con 39 Amigos de los Retablos hacia el Aeropuerto de Bilbao. El pájaro alzando el vuelo, que simboliza el nuevo aeropuerto diseñado por Santiago Calatrava, nos ve llegar y nos recibe contento. Nos espera Julia, que acompaña al grupo para embarcar las maletas, para echar un aperitivo con un Rioja de Bodegas Franco Españolas. Cuando se hace el tiempo, la pizarra informática anuncia el vuelo 476, nuestro vuelo, que embarcará por la puerta 6. El avión despega a las 12:45 horas. Volamos con Britis Airwais; aunque nuestro grupo y otros viajeros son españoles, los altavoces y las azafatas sólo saben hablar inglés y maldito lo que les importa si no entendemos nada; resulta patético, me parece una falta de educación y de respeto. A las 14:08 aterrizamos en el Aeropuerto de Heathrow, Londres. La recogida de maletas, sin incidentes; en el pase de policía y máquina a varios pasajeros no nos reconoce al principio, luego pasamos todos. Conocemos a Jaime, nuestro guía correo en el Reino Unido, y a Juanjo, nuestro conductor. De Londres a Brington tenemos dos horas escasas, que se reparten contemplando el verde paisaje del sur de Inglaterra y las explicaciones de Jaime; tras una parada técnica llegamos a Brington. Nos alojamos en un céntrico hotel de habitaciones espaciosas y limpias, baño con ducha, aire acondicionado, secador de cabello y tetera con dos tazas. Nos echamos a las calles donde multitud de autobuses de dos pisos circulan por la izquierda por Pearson Street, nos llama la atención los pocos turismos que se ven. Perderse por las calles de Brington es descubrir una arquitectura inglesa bonita e interesante. En Ship Street descubrimos una sinagoga de ladrillo con arcos de medio punto y rosetón románico; en lo alto, las Tablas que Yavé entregó a Moisés, por citar un ejemplo. Los pies nos llevan sin darnos cuenta hasta Brighton Pier, elegante Muelle de Recreo, todavía conserva parte del Palacio, sobre la playa de piedras y sobre las aguas del Canal de la Mancha. Cenamos a las 20 horas, tarde para ingleses y temprano para españoles: una rica crema de tomate, macarrones con su polvo de queso y ensalada de frutas. El paseo tras la cena nos permitió contemplar Brighton bajo la oscuridad de la noche y la luz eléctrica.

MIÉRCOLES 14 DE JUNIO DE 2017
Amanecemos en Brighton, tiempo atrás un pequeño pueblo pesquero a orillas del mar: El sol alumbra con ganas y amenaza con un día cálido. Desayunamos con apetito el bufet del hotel y a las 9:15 horas cargamos maletas y arranca el bus hacia el parkin; los Amigos de los Retablos caminamos hacia The Royal Pavilion (Pabellón Real), sus exóticas cúpulas y minaretes, obra del arquitecto John Nash, nos atrapas los ojos; contemplamos la antigua residencia real británica, construida en estilo Indú en el XIX --hoy Patrimonio de la Humanidad-- para retiro de Jorge IV. Tan suntuoso Palacio presume de un fantástico diseño interior a la moda china e india, con mobiliario y decoración asiáticos (lámparas del Siam, porcelanas chinas, alfombras pakistanís…), excelente trabajo de los artistas Frederick Crace y Robert Jones. Los muros del Palacio cuelgan fotografías del Royal Pavilion transformado en hospital para solados hindúes durante la Primera Guerra Mundial. Los jardines palaciegos forman el parque público. El bus nos acerca a la zona elevada de Brighton mientras contemplamos la arquitectura inglesa; un típico pub muy bien decorado nos recibe para comer: Tras la ensaladita, tomamos Fish and chips (pescado frito, generalmente bacalao, con patatas fritas; receta de la cocina inglesa) y luego postre. Tras la comida viajamos a Folkestone, pueblo costero desde donde tradicionalmente salían los barcos hacia Calais (Francia). Contemplamos un bello paisaje a ambos lados de una estrecha carretera plagada de curvas. Al fin llegamos a nuestro hotel, un bello edificio victoriano con encanto aunque su restauración nos causó problemas. Tras instalarnos en nuestras habitaciones, cenamos en el comedor del hotel: Ensalada Griega, Carne a la parrilla con patatas al horno y verduras, Tarta de queso y Fresas. Aunque la noche estaba fresca, salimos a tomar una copa.

JUEVES 15 DE JUNIO DE 2017
Desayunamos el rico bufet del hotel y encontramos un día soleado y luminoso. A las 8:30 a. m. salíamos hacia Dover, en el condado de Kent, su puerto permite el paso hacia Francia de 18 millones de pasajeros por año. Contemplamos los bellos y espectaculares acantilados blancos por su composición de creta, de hasta 106 metros de altura, los más famosos de Inglaterra. El impresionante Castillo de Dover, sobre los acantilados, todavía conserva un viejo faro romano, conocido como la Llave de Inglaterra por su posición estratégica para la defensa del Paso de Calais; se remonta a los tiempos de Guillermo el Conquistador en 1066 hasta la defensa de Dunkerke en la Segunda Guerra Mundial. Además de varios anillos muralleros posee varios túneles, usados en las diferentes guerras. Cada cual se lleva en su cámara el recuerdo blanco de Dover. En media hora larga el bus nos acerca a Canterbury (fuerte o burgo de Kent). San Agustín, enviado por el Papa en 597, funda la catedral, que con Enrique VIII se convertirá en sede de la Iglesia Anglicana. Tomás Becket fue asesinado en 1170









en la catedral de Canterbury por orden de Enrique II, que primero lo nombró su canciller, gozó de su amistad, y más tarde arzobispo de Canterbury. Becket subió a los altares y su tumba fue objeto de peregrinaciones. Al recorrer las calles de esta bonita ciudad descubrimos la escultura de Godofredo Chaucer, que escribió en el siglo XIV Los Cuentos de Canterbury: Varios personajes, que peregrinan hasta la tumba de Santo Tomás Becket en la catedral de Canterbury, se encuentran en la Posada del Tabardo, donde el posadero les propone un concurso de narraciones y al ganador le invitará a una cena. La puerta para acceder al recinto catedralicio es muy bella, destaca un gran Cristo en majestad que muestra las palmas abiertas; nos llama la atención el escudo que luce en sus cuarteles: castillos, leones, barras aragonesas y una granada, es el escudo de Catalina de Aragón, mujer de Enrique VIII y reina consorte de Inglaterra. Realizamos una visita guiada a la catedral de Canterbury. La obras empiezan en 1070. Tras el incendio de 1174, los constructores franceses traen el gótico de París. La cripta es anterior, data del siglo XI, presume de románico normando y hermosos capiteles; al visitarla vemos a una sacerdotisa oficiando; nos detenemos en la capilla de San Gabriel para contemplar los frescos más antiguos de Inglaterra. Impresionante por fuera, lo es más en el interior: el coro, la nave gótica, las bóvedas de abanico del cimborrio catedralicio son bellísimas (Torre Bell Harry), el púlpito del arzobispo, el baptisterio, la tumba del Príncipe Negro, las vidrieras multicolores, la altura de las naves laterales… Luego recorremos otras calles de la ciudad hasta llegar al restaurante, comemos sopa de tomate, salmón y pastel. El autobús nos traslada al Castillo de Leeds, rodeado de parque, jardín y un pequeño lago. Enrique VIII acondicionó el castillo para Catalina de Aragón, su primera mujer. Cruzamos el puente sobre el foso y recorremos las diferentes salas del castillo. Regresamos a Canterbury para disfrutar de una ciudad, sobrada de arquitectura inglesa de los siglos XVI – XX. A las 8:30 p. m. cenamos en un bonito pub: Paté con tostadas, pollo asado y un postre como la crema catalana. Tras breve paseo, regresamos al hotel donde brindamos todos con una copa de cava.

VIERNES 16 DE JUNIO DE 2017
8:30 a. m. Bien desayunados en el bufet del hotel abandonamos Folkestone y rodamos por la autovía hacia Cambridge, ciudad universitaria --ocupa el tercer puesto entre las mejores universidades del mundo-- de 120 mil habitantes. Hay muchos estudiantes extranjeros, aunque exigen calificaciones muy altas para estudiar en Cambridge. Recorremos la ciudad de la mano de los guías; aunque es bonita, su mayor interés se encuentra  en los 31 Colleges (donde viven, comen, estudian y hacen vida social los universitarios). Entramos en varios Colleges; como está concluyendo el curso, encontramos muchos estudiantes vestidos para festividades, despedidas, entregas de notas… Vemos un laboratorio de física fundado en 1874; nos comentan que aquí se descubrió el electrón en 1897, y la Hemoglobina, y el A.D.N. en 1953. El guía saca a relucir el Trivium y el Quadrivium, las Siete Artes Liberales, estudiadas en la antigüedad y en las primeras universidades europeas durante la Edad Media. Trivium, tres vías para la Elocuencia: Gramática, Retórica y Dialéctica, actuales humanidades. El Quadrivium, cuatro vías para las ciencias, los números y el espacio: Aritmética, Geometría, Astronomía y Música. Visitamos una añosa posada adonde llegaban las diligencias; los viajeros cenaban y dormían en la posada. Nos detenemos a ver un reloj con saltamontes, el Corpus Cristi, concebido por el inventor John Taylor, viejo miembro del Corpus Cristi College. Visitamos Emmanuel College, fundado para formar pastores protestantes, en 1584 por Sir Walter Mildmay en un antiguo monasterio dominico. Preside la capilla la pintura el Regreso del hijo pródigo. El guía nos habla de 18 mil estudiantes, de una matrícula de 9.000 libras y vivir en el college ente 6 y 7 mil. Hoy comemos en una trattoria italiana: Sopa del día con ciabatta, Lasaña, Tarta de queso y vainilla con chocolate y nata. Café o té. En nuestro paseo descubrimos la Iglesia Redonda románica, construida en 1130 adoptando la forma del Santo Sepulcro construido por el emperador Constantino, es una de las cuatro iglesias redondas que hay en Inglaterra; la nave redonda se sostiene por ocho gruesas columnas; contemplándola desde fuera puede apreciarse una circunferencia dentro de otra circunferencia (en algunas iglesias templarias vemos el octógono dentro del octógono); la circunferencia exterior las forman los muros, la interior, el cimborrio. A la hora señalada hacemos fila y entramos a la Gran Capilla del King’s College de la Universidad de Cambridge, fundado en 1441 por el Rey Enrique VI, construida de 1446 a 1515, las grandes vidrieras son de 1531. La vidriera de la cabecera recrea el Calvario con los ladrones; la vidriera del oeste es la más grande y tamiza los rayos del sol de la tarde a través de los vidrios coloreados, mientras el coro llena la capilla de cánticos, que suben hasta el cielo para deleitar a Dios. Los muros son vitrales que ascienden hasta más arriba del arranque de los nervios, que dibujan las bellísimas bóvedas de abanico. El coro bajo es renacentista con baldaquino sostenido por airosos balaustres, los respaldos con escudos sostenidos por una variada fauna de tenantes. La bóveda de abanico es maravillosa y la más grande del mundo, construida en 1512-1515 por John Wastell. Mientras escuchamos el concierto, me atrapa los ojos La adoración de los Magos que preside el altar, pintada por Rubens para un convento de Lovaina, pero colocada aquí en 1968. Al acabar el concierto, seguimos recorriendo las calles, aún asistimos a la celebración universitaria de otro college, que lo festejaba al aire libre con instrumentos musicales. En esta ciudad se respira ciencia, conocimiento, se palpa el impulso de los descubrimientos científicos y el amor a estas instituciones que se toman en serio la tarea universitaria de enseñar, acompañar a los universitarios en su faena y la de aprender. Cuando los jueves veo en Logroño riadas de estudiante cargados con bolsas de plástico llenas de bebida, me recuerda a gente que ha perdido el norte. El autobús nos acerca a nuestro hotel, muy animado por celebrarse una boda; la novia, una moza bien hermosa, lucía un vestido espléndido, como no podía ser menos. Cenamos muy bien, aunque fue una cena larga por el tiempo transcurrido entre plato y plato, que dilató la conversación. Nos acostamos pronto por la madrugada que nos esperaba.

SABADO 17 DE JUNIO DE 2017
Desayunamos a las 7 a. m. cargamos maletas y a las 7:30 arrancaba el bus. A las 10 horas llegábamos a Oxford, 170.000 habitantes y 22.000 estudiantes, es la universidad más antigua de habla inglesa, calificada como Ciudad de las Agujas de Ensueño, por su armoniosa arquitectura universitaria; sus primeros colleges: University College (1249), Balliol es una de las más grandes y antiguas (1263), Merton (1264)… Los seguidores de Harry Potter recordarán las escaleras del XVI del Christ Church College para acceder al Gran Comedor de Hogwarts; o la Biblioteca Bodleiana (Radcliffe Camera) de 1602, que da vida a la biblioteca de Hogwarts. Nuestro guía José nos espera con la banderita de Inglaterra (cruz roja sobre fondo blanco). Formamos dos grupos: uno toma café y lavabo, otro comienza la visita. El Sheldonian Theatre, escenario de las ceremonias de graduación. El Puente de los Suspiros sobre el río Can, inspirado en el veneciano, une los edificios del St. John’s College. El Christ Church, uno de los colleges más grandes; su capilla, construida en el siglo XII en estilo gótico inglés, Enrique VIII la convirtió en catedral de Oxford: impresionante bóveda del coro, en forma de estrella, recrea la bóveda celeste; las hermosas vidrieras relatan historias de Jonás, Becket, Santa Frideswide, patrona de Oxford, y Santa Catalina. Comemos en un bonito pub: Champiñones al ajillo. Pechuga de pollo con bacon, salsa barbacoa, queso, patatas fritas y ensalada. Por la tarde viajamos a Bristol, 440 mil habitantes, al oeste de Inglaterra cuyo puerto comercial le dio vida durante siglos; los excelentes vinos de Jerez, tan apreciados por los ingleses, llegaban en barcos hasta el puerto de Bristol. Tras instalarnos en el hotel, salimos a recorrer la ciudad pisando el suelo adoquinado de sus calles. En el puerto permanece como museo el Great Britain, primer transatlántico con casco de hierro propulsado por una hélice. Se cuenta que el escritor Daniel Defoe, hospedado en la posada Llandoger Trow, conoció a Alexander Selkirk, cuyo exilio en una isla le sirvió de inspiración para su novela Robinson Crusoe. La iglesia St. Mary Redcliffe posee una hermosa arquitectura gótica, con airosa torre acabada en una aguja muy esbelta. Cenamos: Huevos con mayonesa. Bacalao al horno con salsa perejil y verduras. Profiteroles con salsa de chocolate. Aún salimos después de cenar para conocer la vieja ciudad de Bristol bajo las luces de la noche.

DOMINGO 18 DE JUNIO DE 2017
Al abandonar Bristol, un hombre en lo más alto de un edificio amenaza con suicidarse; la policía ha acordonado la zona mientras dos hombre hablan, a corta distancia, con el presunto suicida. Nuestro bus nos lleva a Bath, el guía aprovecha para hablarnos del rey Jorge III y las construcciones georgianas. La mañana está soleada cuando llegamos al parkin y nos encontramos con Alison, nuestra guía en Bath. Los romanos llegaron a Bath en el año 50 a. J. C. y la convirtieron en el primer balneario de Inglaterra; la reina María de Módena tomó las aguas de Bath, quedó embarazada y dio a luz un barón, esto aumentó la demanda de sus aguas termales y crecimiento de la población. Salta a la vista la arquitectura georgiana del siglo XVIII. Los arquitectos John Wood, padre e hijo, y Ralph Allen, trazaron nuevos barrios acercándose a la arquitectura de la Roma clásica e inspirándose en Andrea Palladio; destacan el Royal Crescent, gran conjunto de viviendas en forma de curva elíptica en fachada, con columnata jónica rodeando una verde plaza cubierta de césped; no menos destacado es The Circus, complejo residencial circular, con tres cuerpos que permiten tres calles de acceso a una plaza circular en el centro; las fachadas se adornan con tres columnatas en estilo dórico, jónico y corintio; el resto de calles y plazas crecen con similares fachadas clásicas, construidas con piedra de las canteras del sur de Bath. Nos detenemos en The Assembly Rooms Bath, de John Wood, conjunto de elegantes salas de reuniones: se celebraban fiestas, se bailaba el minué, hombres y mujeres se conocían, se enamoraban… Hoy es el Museo del Vestido. Royal National Hospital, especializado en enfermedades reumáticas. Las Termas Romanas. Antes de llegar los romanos, los celtas edificaron el primer balneario de aguas termales en honor de su diosa Sulis; el balneario romano se debe al emperador Claudio, que ordenó la construcción de Caldarium (baño caliente), un Tepidarium (templado) y un Frigidarium (frío). El agua surge a 46 ° C. Las termas se sitúan bajo la cota cero, los edificios: Manantial Sagrado, Templo Romano, Baño Romano y Casa Museo se construyen en el XIX. Junto a los baños se alza la Abadía San Pedro y San Pablo, antaño templo romano, luego monasterio benedictino, hoy iglesia anglicana con planta de cruz, tres naves, deliciosas bóvedas de abanico y espectaculares vidrieras; según la leyenda la forma de la iglesia fue dictada por Dios al obispo Oliver King. El paseo por tan bella ciudad y con un tiempo agradable resulta placentero. Comemos en una brasería en la vieja estación (Green Park Station): Bruschetta de tomate. Pastel de carne de vaca con patatas y verdura. Cake de limón y café (tenían vino de Rioja: Cvne de Haro y Puerta Vieja de Cenicero; ¡Otra historia…!). Recorremos 33 millas para llegar a Stonehenge. Descubrimos el monumento megalítico más espectacular erigido por el hombre: En forma de anillo, grandes bloques de rocas formando cuatro circunferencias concéntricas, crómlech de treinta metros de diámetro, que se remonta a fines del Neolítico. El anillo exterior formado por grandes piedras rectangulares que soportan dinteles, aunque solo siete quedan en su lugar. Otro círculo interior de piedras azuladas más pequeños. Varias rocas en forma de herradura. Y en su interior, una losa a la que llaman El Altar. El conjunto de Stonehenge está rodeado por un foso circular de 104 m de diámetro; dentro se eleva un bancal con 56 agujeros de Aubrey. El foso está cortado por un camino de 23 m de ancho y 3 km de largo. A cerca de la utilidad del monumento se ha sugerido un valor religioso, funerario y astronómico para predecir las estaciones. Tras la visita de Stonehenge nos quedan más dudas que certezas, pero ha sido impresionante. De Stonehenge a Londres hay 88 millas, tardamos dos horas largas con el bus. Al entrar en Londres podemos contemplar el edificio de 24 plantas quemado y negro como el carbón. Llegamos a nuestro hotel, muy grande y muy céntrico, en 7 minutos caminando llegas al Britis Museum, todo un lujo. Cenamos: Sopa de minestrone. Cordero al horno con salsa de romero, patatas y verdura. Melocotón carden con helado. Y salimos a caminar contemplando la arquitectura londinense, sus jardines…

LUNES 19 DE JUNIO DE 2017
Tras tomar un desayuno continental muy al estilo del hotel (más de dos comentaron: …el peor desayuno que he tomado en un hotel…), a las 9 a. m. subíamos a un bus inglés (ni a Juanjo ni al bus les permitía el tacógrafo conducir). Contemplamos la bella fachada del Hotel Principal; enfrente, la manzana convertida en jardín inglés con elevados árboles. Rodamos por Southampton Row, vemos la iglesia católica de San Anselmo, que fue arzobispo de Canterbury. Los autobuses rojos de dos pisos tienen su empaque, pero las cabinas telefónicas, también rojas, están descuidadas y tienen un aspecto cutre. Coven Garden, desde que en 1633 diseñara Iñigo Jones tal vez la plaza más distinguida de Londres, ha sufrido muchos avatares; todavía disfrutamos contemplando Central Market y St. Paul’s Church influido por el Renacimiento de Palladio. Impresionante Royal Opera Hause donde levantan el telón el Royal Ballet y la Royal Opera. El pub Lamb and Flag, el St. Martin’s Theatre o el London Transport MuseumEn resumen un lugar atractivo, animado, que no te debes perder. Al pasar junto a las oficinas de Coutts bank, explica el guía, que es el banco donde tiene su cuenta la reina de Inglaterra. Al pasar por Charing Cross Station podemos ver la Cruz en honor de Leonor de Castilla, hija de Fernando III el Santo, que casó en el Monasterio de Las Huelgas en 1245 con el rey Eduardo de Inglaterra, que mandó colocar esta cruz, entonces de madera, hoy en estilo neogótico; marca el km 0 del Reino Unido. Llegamos a la Abadía de Westminster, cerquita del Tamesis, gótica, lugar de coronación de reyes, bodas y entierros. Vemos la silla del siglo XIV donde coronan a los reyes. Medidas impresionantes: 156 X 34 X 34, bóvedas de crucería y terceletes. En el crucero se ven estatuas de hombres de Estado; también escritores y músicos: Godofredo Chaucer, Handel, Dickens, Kipling, Shakespeare, Laurence Olivier, Charlotte Bronte... El retablo del altar es la Última Cena. El pavimento del Presbiterio es un mosaico de piedras de diferentes colores formando dibujos geométricos. la Sala Capitular en forma octogonal con columna en medio en forma de palmera, con vidrieras en siete de sus ocho caras. Pisamos la Plaza del Parlamento, a dos pasos de la Torre del Reloj, también llamada Big Ben, aunque Big Ben es el nombre de una campana de 14 toneladas; desde 2012 se llama Elizabeth Tower (Torre Isabel). Vemos la Iglesia de Santa Margarita, las Oficinas de los Diputados, el Ministerio de Asuntos Exteriores, el Tribunal Supremo; adornan los jardines las estatuas de grandes hombres: Winston Churchill, Mahatma Gandhi, Nelson Mandela, Abraham Lincoln… Nos dirigimos a Buckingham Palace, residencia oficial de la reina, donde celebra audiencias con el Primer Ministro y donde recibe a los presidentes de gobierno en visita oficial al Reino Unido y a los recién nombrados embajadores extranjeros. George III compró la casa de Buckingham en 1761. George IV en 1820 transformó, con su arquitecto John Nash, la casa de Buckingham en palacio. La reina Victoria fue la primera soberana que residió desde julio de 1837; vemos el monumento de la reina Victoria con su aspecto inconfundible. Nos comunican que hoy, por la razón que sea, no veremos el cambio de guardia. En lo alto del palacio ondea la bandera británica. Después visitamos la Catedral Católica de Londres. Comemos en un bonito pub: Paté con tostada. Carne al horno (roas beef) con Yorkshire pudding, patatas y verdura. Cake de chocolate. Café o té. Otra vez el bus nos pasea por Londres hasta llegar a Camden, es un mercado pintoresco, nos perdemos por calles y calles donde se vende de todo: ropa, bandejas de comida de diferentes países por 3 ó 4 libras, zapatos, teléfonos móviles, carteras y bolsos de cuero, adornos para orejas, manos y collares, dibujos y pinturas, camisetas, sombreros y gorras, zapatos de diseño multicolor como jamás hemos visto, vestidos, gemelos y adornos para el cuello, zumos de frutas, zapatillas y deportivas, cafetines, jarras de mil colores y diseños. Aunque no nos robaron nada hay que tener cuidado con la cartera. A la hora indicada nos recoge el bus, deja gente en el hotel y deja al resto en Portman Street, luego caminamos por Oxford Street, la calle está plagada de las tiendas más famosas: Zara, H & M, Forever 21, Disney… Presenciamos cómo cuatro hombres de seguridad atrapan a un ladrón en la puerta de la tienda Debenhams. Seguimos por New Bond Street; al llegar a Piccadilli Circus, vemos el London Pavillon convertido en centro comercial, nos hacemos fotos junto a la Fuente memorial en esta céntrica plaza, punto de encuentro de mucha gente; en 161 de Piccadilli vemos la Casa del Caviar; continuamos por Haymarket. En Leicester Square, sentados en una cómoda terraza, tomamos una cerveza. Caminando por el Soho descubrimos las Portadas orientales con tejadillos chinos y farolillos rojos, habíamos llegado a Chinatown, el Barrio Chino, era como un trocito de una ciudad china dentro de Londres: pintoresco, muy animado, con cafeterías, tiendas, pequeños restaurantes; nos llamó la atención el ambiente gay en algunas cafeterías y tiendas de lencería que realza la cosa sexual. Elegimos una pequeña pizzería y cenamos pizza de diferentes sabores regada con cerveza y vino blanco.

MARTES 20 DE JUNIO DE 2017
Tras desayunar, a las 8:30 a. m. arrancó el bus hacia la Catedral Anglicana de San Pablo. Junto al río Támesis se alzan elevados edificios que dibujan al perfil londinense. Estamos en la City, el centro de Londres, 2,6 km2, viven 9.000 personas y trabajan 320.000. Vemos el Puente de Blac Flair sobre el Támesis, la Puerta del Londres amurallado. La Catedral de San Pablo, sede del obispo de Londres, forma un impresionante conjunto arquitectónico rematado por amplia cúpula. Fachada occidental un pórtico clásico con dos niveles de columnas emparejadas, con torres a ambos lados y rematado por un frontón triangular donde los relieves describen la Caída de Pablo en el camino de Tarso y Conversión (pudo inspirarse en Val-de-Grâce de París, del arquitecto Mansart); delante de la fachada, estaua de la reina Ana con el cetro en la mano derecha. La primitiva catedral se remonta al año 604, la actual la construyó Wren en estilo barroco entre 1675-1710, tras el gran incendio de Londres. La Iglesia Anglicana se describe como católica y reformada (durante el reinado de Enrique VIII se separó del papa; siempre ha celebrado el culto en inglés, permite el matrimonio de sacerdotes y admite el orden sacerdotal para hombres y mujeres). Posee la cripta más grande de Europa --parte convertida en cafetería--, que forma parte de la estructura y así se asienta mejor sobre el débil suelo arcilloso de Londres. A la hermosa nave central --la Pila bautismal es ovalada-- se suma la gran cúpula que corona la catedral y no se asienta, como otras cúpulas que conocemos, sobre cuatro puntos y con cuatro pechinas dibuja la circunferencia, sino que se asienta sobre ocho puntos y se alza sobre un gran espacio octogonal y con ayuda de ocho pechinas dibuja la circunferencia sobre la que elevar la media naranja; para construir esta grandiosa cúpula. Wren construyó dos cúpulas, como Miguel Ángel en Roma, pero añadió un cono interior de ladrillo; la Galería de los Susurros por el efecto acústico de escuchar en un lado de la cúpula lo que se habla en el otro. Las ocho pinturas de la cúpula son de Thornhill y relatan momentos de la vida de San Pablo. Llama nuestra atención la escultura moderna Madre e hijo de Henry Moore; esculturas y recuerdo a grandes personajes: Nelson, Wellington, El deán amortajado, Lawrence de Arabia, Alexander Fleming… Al concluir tan preciosa visita subimos al bus y nos dirigimos hacia la Torre. Vemos un trocito de la vieja muralla medieval y también bicicletas con distintivo del Banco de Santander. Entramos a Tower of London, son varios edificios dentro de dos murallas concéntricas más un foso. Desde la puerta del castillo se ve la moderna arquitectura londinense, muchos en el distrito financiero: Gherkin o Pepinillo, Edificio Lloyd’s o Sede de seguros, Domo del Milenio, Torre Heron, Puente del Milenio, London Eye o Noria, Torre 42, London City Hall. Vemos a un Beefeater, alabardero de la torre, vestido de azul y rojo y tocado con sombrero (el que se ve en la botella de ginebra Beefeater. La torre fue prisión. Palacio Real y Fortaleza de su Majestad, en la ribera del Támesis; se remonta su construcción a Guillermo el Conquistador en 1078; sirvió de prisión, armería, tesorería, casa de fieras, Casa de la Moneda, Observatorio Astronómico Real, hoy se puede realizar una excelente visita turística. Estamos ante la Puerta de los Traidores, por ella pasaron Ana Bolena y Tomás Moro. El recorrido es fantástico cuando visitamos las Joyas de la Corona: la Corona de San Eduardo, la Corona Imperial de la India, la Corona Imperial del Estado, la Tiara Finge, la Tiara de las niñas, el Broche de diamantes Williamson, el Diamante Cullinan, la Tiara Cambridg, Una de las favoritas de la princesa Diana, el Cetro de la Cruz, el de la Paloma, el collar Delhi Durba, el Anillo de la coronación, la Tiara Vladímir… Comemos en un pub: Sopa. Salchichas al vino tinto y puré de cebolla. Cake de chocolate y café. Luego pasamos junto al Puente de las Torres. Llegamos a Canari Wharf (embarcadero canario), antigua zona portuaria de descarga y almacén de mercancías, hoy uno de los principales centros financieros de Londres que cuenta con el Centro Comercial Jubilee Place. Cuando dejamos el bus, disfrutando de las calles londinenses, nos dirigimos a Trafalgas Square para disfrutar de la pintura de la National Gallery (está explicado al principio). Recorremos otras calles, tomamos una cerveza en una terraza, Londres sufre una ola de calor desacostumbrado. Nuestros pasos nos llevan a Chinatown, esta vez buscamos un restaurante chino que tiene muy buena pinta, nos sentamos en una mesa que es como un escaparate de la calle, podemos contemplar el ir y venir de la gente, músicos callejeros y gente celebrando el día del yoga. Sobre un mantel de tela nos sirven: Arroz chino, Fideos y Pato laqueado; deliciosos platos y muy bien servidos. De camino hacia el hotel pasamos por el edificio rojo de Palace Theatre, seguimos paseando y muy cerca del hotel pasamos junto al British Museum, con fachada es de estilo neoclásico, su cuerpo central con ocho columnas jónicas sostiene un frontón con esculturas que se adaptan al espacio triangular. Aunque es de noche, sigue haciendo calor.




MIERCOLES 21 DE JUNIO DE 2017
A las 9 arranca el bus. En la visita panorámica vemos el 221b de Baker Street, en las novelas, residencia de Sherlock Holmes, creado por Conan Doyle, autor de Las aventuras de Sherlock Holmes, Estudio en escarlata, El perro de Baskerville… Nos detenemos para contemplar y hacer fotos al Albert Memorial, un templete en recuerdo del Príncipe Alberto, esposo de la reina Victoria, fue su consejero, secretario particular que ayudó a elevar la querencia de los británicos hacia una monarquía bastante descontrolada cuando la reina Victoria se ciñó la corona. Construido en 1864 por encargo de la reina, tras la muerte del príncipe; frente al Royal Albert Hall, enorme auditorio circular de ladrillo rojo y mármol para 5.500 espectadores, inaugurado en 1871; aunque no pudimos entrar, vimos los carteles de últimas actuaciones: la pianista y cantante de jazz Diana Krall, el cuarteto de música country Little Big Town, el cantante estadounidense de origen italiano Tont Bennett. No podíamos perdernos la visita a los Almacenes Harrods en 87-135 de Brompton Road; el comerciante de y ultramarinos Charles Henry Harrod fundó Harrods en 1835, fue comprado sucesivamente por Fraser, Al-Fayed y desde 2010 pertenece a la familia real de Qatar. Llama la atención el gran lujo decorativo de las escaleras y diferentes tiendas, Memorial de la Princesa Diana y Dodi Fayed, la decoración egipcia. Si llevas abundantes libras, puedes comprar obras de Picasso, Lorenzo Quin, Salvador Dalí, Joan Miró, Boob Dylan, Dale Chihuly… Se hace hora de comer y nos acercamos a un bonito y bien decorado pub fundado en 1855: Ensalada mixta. Pastel de carne con verduras. Ensalada de frutas con helado y café o té. Tras la comida, caminamos hasta el British Museum. Nada más entrar podemos tocar la Piedra Rosetta. Originalmente la Piedra Rosetta, recogía un Edicto de Tolomeo V escrito sobre granito oscuro en tres alfabetos: griego antiguo, demótico y jeroglífico egipcio, estuvo dentro de un templo; pero siglos después la estela fue usada como material de construcción en un fuerte cerca de Rashid (Rosetta), donde fue hallada en 1799 por un oficial del ejército de Napoleón; más tarde las tropas británicas derrotaron a las francesas en 1801 llevándose la Piedra Rosetta como botín de guerra y desde 1802 está expuesta en el British. La Piedra Rosetta fue la llave para conocer el significado de la escritura jeroglífica, que los historiadores no habían logrado descifrar; pero no se asuste nadie, tocamos una copia especial para ser palpada con las yemas de los dedos; dentro de una vitrina vemos la auténtica. Aunque viajes a Egipto, aunque visites El Cairo, no debes perderte la obra egipcia expuesta en el British: El busto colosal de Ramsés II, Las estatuas de Amenophis III, Sekhmet, Hathor, Nofretmin, Amenhotep III, la colección de momias, el sarcófago de Ankhnesneferibre, las pinturas murales acompañadas de escrituras jeroglíficas, los ajuares funerarios, los cráneos humanos, estelas, esfinges… por citar unos pocos ejemplos de los miles que atesora. El friso griego que vemos en el British fue diseñado por Phidias y tallado por un equipo de canteros que no dejaron su nombre. El friso adornó el Partenón y representa una procesión en honor de los dioses del Olimpo. El Partenón de la Acrópolis de Atenas se construyó en honor de Atenea, hija de Zeus y diosa de la Inteligencia; aunque durante mil años fue iglesia cristiana de los atenienses, más tarde mezquita y finalmente una ruina. Del bajorrelieve en mármol de 160 metros sobreviven 128. Lo que queda del Mausoleo de Halicarnaso: un caballo sin patas, dos esculturas incompletas, relieves… Del arte mesopotámico (Imperio asirio, conocido como Mesopotamia, se encontraba en el actual Irak entre los ríos Tigris y Eufrates) admiramos en el British la bellísima decoración de templos y palacios reales: bajorrelieves que describen magistralmente cacerías, escenas de guerra y de la vida de palacio exaltando la figura del rey; esculturas mitológicas con cuerpo de toro, alas de águila y cabeza humana, que solían enmarcar las puertas palaciegas. Y no quisiera marchar del British sin destacar arquitectónicamente: La clásica fachada externa, la Sala de lectura y el Gran Atrio de Isabel II con cúpula de vidrio y acero, del arquitecto Norman Foster, inaugurado en 2000. El British Museum queda muy cerca de nuestro hotel así que caminamos para dejar algunos bultos que nos pesan. Paramos dos taxis frente a nuestro hotel para que nos lleven hasta la Iglesia de los Templarios de Londres, en el centro de Londres, aunque no fácil de encontrar. Iglesia de planta circular de 16,76 metros de diámetro, edificada en el XII, en arquitectura románico-gótica,  como su cuartel general inglés y consagrada en 1185 por el Patriarca de Jerusalén. La novela El Código Da Vinci y posterior película han hecho famosa la pequeña iglesia redonda. La pared circular, decorada con arquerías ciegas y ventanales rasgados, estuvo pintada. Se cubre con un cimborrio de ocho nervios sobre estilizadas columnas. En el suelo hay nueve esculturas yacentes, de mármol de tamaño natural, de caballeros templarios, uno es Gilbert Marshall, otro Sir Roger de Ros. Hoy es sede de los Colegios de Abogados denominados Inner y Middle Temple. Paseando tranquilamente, regresamos al hotel. Cenamos Ensalada de Mozzarella y Tomate. Pollo a la King con tagliatelle. Peras con helado de vainilla y salsa de chocolate. Creo que nos acostamos pronto.

JUEVES 22 DE JUNIO DE 2017
9 h. Adiós al hotel de Londres. El bus, cargado con maletas, nos lleva al Castillo de Windsor; su origen, hoy residencia real, se remonta al XI con Guillermo el Conquistador; en 1080 construye una primitiva edificación de madera para controlar el acceso a Londres desde el altozano. Al contemplarlo, sobre una elevación, se dejan ver sus estilos georgiano y victoriano sobre la vieja estructura medieval; aunque no le falta un gótico reinventado, que le aportan un aire casi teatral. La reina Isabel II está muy cómoda, apartada del bullicio londinense. Elevan sus piedras al cielo la Torre Redonda y la de Eduardo III, que en 1348 fundó el colegio religioso de San Jorge, sede de la Orden de Caballeros de la Jarretera, la más antigua de Inglaterra; la Capilla del mismo nombre se construyó entre 1475 a 1528: destacan su bóveda de abanico con claves decoradas en rojo y oro, las vidrieras, la tumba de Enrique VIII y el coro. De gran importancia son los Apartamentos de Estado, también el Claustro de Herradura, la Puerta de Enrique VIII y la Puerta Normanda. Desde lo alto de Windsor puede verse el famosísimo Eton College, donde estudiaron: el príncipe Guillermo, David Cameron, Ian Fleming, creador de James Bond, Boris Johnson, alcalde de Londres… Se dice de Eton College: los profesores, soberbios; las instalaciones no tienen par; los resultados, impresionantes; seleccionan a los aspirantes, cultivan la cultura del esfuerzo, las actividades extraescolares, la ética de trabajo… transmiten a sus alumnos. El Castillo de Windsor ha sido un buen remate del viaje; pero luego recorremos las calles del precioso pueblo de Windsor, surgido al amparo del castillo. Cruzamos el puente que comunica Windsor con Eton. Paseamos por Peascod Street, la calle más comercial; cerca del castillo, el famoso pubs, The Two Brewers. Algunos comemos en Windsor antes de subir al bus para llegar al aeropuerto. Tras embarcar maletas y control policial, hay tiempo para gastar las últimas libras. Subimos al avión y pronto vemos tierra de España. Recogemos las maletas, tramitamos una que han estropeado y nos dirigimos al bus; Florín nos espera en el aparcamiento. Arranca el bus, atrás queda el Aeropuerto de Bilbao; nos detenemos en un área de descanso de la AP-68 para tomar unas botellas de Rioja de Franco Españolas con su comestible correspondiente; después todo son cantares de excursión y llegamos con bien a Logroño.